En
mi ultimo año, en clase de chino, la profesora nos pidió que trajéramos una
noticia y la resumiéramos ante los demás. Después, todos teníamos que mesarnos
las barbas y dar nuestra docta opinión.
Dada
mi afición a yahoo news y a vivir en la luna comiendo piruletas me pasé una
tarde entera buscando una noticia interesante que permitiera un debate
posterior, digno de nuestro consejo de sabios. No quería verme obligada a
comenzar mi discurso con un: “nunca te imaginarías lo que hizo este pingüino
cuando le pusieron una patata delante”. Bueno, yo sí quería, ji ji ji, siempre es
interesante ver lo que hacen los locuelos de los pingüinos ante las
impredecibles patatas, pero, por una vez, hice uso de mi sentido común y decidí
llevar a clase una noticia la mar de alegre que encontré sobre varios suicidios
de ancianos chinos en la provincia de Anhui (La de la Montaña Amarilla, Huangshan). Al parecer, algunos abuelillos habían empezado a tragar pesticida,
o dejarse morir de inanición, porque no querían ser incinerados al morir, y el
gobierno había anunciado la inminente entrada en vigor de una ley que iba a
prohibir los enterramientos y a forzar a la cremación por falta de suelo libre. Vamos,
el típico me pico y no respiro de unos ancianitos, pero llevado hasta sus
últimas consecuencias.
HuangShan, la Montaña Amarilla. |
Otro ejemplo de la importancia de preservar el cuerpo lo
encontramos en el castigo póstumo que los Qing impusieron a Hong Xiuquan. Este hombre,
se presentó a los exámenes
imperiales para convertirse en funcionario de la Corte. Al igual que el 99% de
la gente que se presentaba, Hong suspendió en repetidas ocasiones. En una de
ellas, además, al pobre le dio un “jamacuco” y tuvo una serie de alucinaciones
o sueños que, años después, se ve que el hombre no era muy rápido de reflejos,
interpretó como un mensaje divino. En consecuencia hizo lo que cualquiera
hubiera hecho: decidió proclamarse “hermano pequeño de Jesús” y fundar una
secta que denominó el Reino Celestial de Taiping. Sorprendentemente el hombre
empezó a captar más y más adeptos de
forma que el gobierno se alarmó e intentó
disolverla. Hong Xiuquan y sus
seguidores se negaron y esto dio lugar a una cruenta guerra civil que duró unos
catorce años y en la que casi lograron tomar Beijing. La cosa es que, como el
hombre dio tanta guerra, cuando por fin murió, dicen que enfermo o envenenado, los
Qing, exhumaron su cadáver, lo quemaron y usaron un cañón para esparcir sus
cenizas de modo que su cuerpo no hallara paz.
Pueblecito de Anhui, provincia de ancianitos suicidas. |
Todo esto quizá arroja un poco de luz
al motivo por el que los ancianitos no quieren ser incinerados; tienen miedo a
acabar vagando como almas en pena y en cachitos.
Bueno, volviendo a la noticia, he de
decir que la reacción de mi clase no fue la esperada. No sé qué es lo
que salió mal, pero no les gustó, oyes. Casi no hubo debate y la gente se puso
un poco triste…pero no todo fue malo, porque aprendí una lección y decidí no
tratar nunca más temas fúnebres públicamente, para muestra esta entrada.
En
retrospectiva pienso que tenía que haber optado por la noticia cuyo titular rezaba "¿Abuela zombie? ". Con
un comienzo así no puedes quedar mal. La
historia explicaba como una mujer de 95 años a la que habían dado por muerta en
una aldea china “había resucitado” al sexto día. También describía el susto
morrocotudo que se había dado el hijo,
al ver el ataúd vacío y a su mamá en la cocina guisando porque tenía hambre,
tras haber “dormido mucho”. También contaba el disgusto que se había llevado la
señora cuando se enteró de que habían quemado todas sus pertenencias, como
manda la tradición, porque la señora será una zombie comunista, pero le gusta
ir fashion y tener cosas.
Aunque lo cierto es que lo más práctico sería que hubiera visto “Sálvame” online y hubiese sacado mi noticia
de allí, porque el artículo que se ganó el clamor de nuestro comité de eruditos
fue el del rumor de la famosa actriz china, Kitty Zhang. Según
fuentes fiables Kitty –gran nombre, por cierto- había sido vista con un maromo desconocido en actitud romántica, a pesar de estar casada. Pero es que
todavía había más, el marido de la actriz, era un famoso director de cine, Wang
Quan An, que previamente había engañado a Kitty. De hecho, en el momento de los
hechos el director estaba en prisión, por haber contratado los servicios de dos meretrices para hacer un trío. La
noticia, terrible de por sí, resultó un punto de partida muy interesante para
contrastar las diferentes opiniones de la clase sobre lo que es moralmente
reprobable y lo que es aceptable en las relaciones.
Uno
de mis compis decía que, aunque Kitty podía haber sido más discreta, tenía derecho,
porque el marido se lo había buscado. Otro decía que no, que Kitty había
perdonado públicamente al marido y que tenía que ser consecuente, por mucho que
el marido estuviera en la cárcel tenía que esperarlo. Yo me preguntaba -para mí, que no quería que la profesora se ofendiera- cómo era
posible que el hombre estuviera en la cárcel por haber solicitado los servicios
de unas prostitutas, cuando, en China, conseguir esos servicios es tan fácil
que casi los puedes obtener por accidente, si te confundes de spa de masajes,
peluquería o karaoke, (más cuando no sabes que neón rosa indica prostitución y neón rojo suerte). Y la compi que había escogido esa noticia decía que entendía al director de cine, que los hombres tenían sus
necesidades y que por ejemplo ella, que estaba viviendo en Tianjin, lejos de su
marido que seguía en Corea del Sur, le había dicho
que si quería, durante ese año que iban a estar separados, podía irse con alguna
otra mujer, pero que no podía llevar a nadie a casa, ni buscarse ninguna
relación duradera, que no estrechara vínculos.
Yo le pregunté si ella podía hacer lo mismo en Tianjin, y me respondió que es que
ella no lo necesitaba, así que su marido no tenía que ofrecérselo. Me dejó muerta.
Y con esto y con la promesa de evitar temas relacionados con la muerte hasta mi próxima entrada os dejo.
Y con esto y con la promesa de evitar temas relacionados con la muerte hasta mi próxima entrada os dejo.
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