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Vamos a
romper la rutina habitual de este blog, en la que alternamos entradas (por una cuestión
de simple equilibrio) cada aproximadamente un mes (por vagos), dado que Tianjin
está siendo durante estos días un foco de atención mediática, (des)gracias a un gran boquete y las posibles repercusiones.
(Des)información sobre el asunto hay por todas partes, así que mi intención es
simplemente dar mi punto de vista* sobre lo que está ocurriendo.
NOTA1: Dado
que mi opinión no es extremadamente agresiva ni polémica, pero especialmente
porque el número de visitas al blog es mínimo, espero que esta entrada pase por
debajo del radar del gobierno, especialmente dado que, espero, el número de ojeadores
del internet en español a sueldo del partido, es lo suficientemente limitado
para solo centrarse en otras tareas (monitorizar páginas con un tráfico digno,
leer el Marca). En caso de que en un futuro la fama y renombre de este blog
subiera lo suficiente para atraer la atención de la censura, espero haber
salido ya del país**. En cualquier caso, por si algún día llegan, por favor
lean en voz alta: El perro de San Roque no tiene rabo.
Y bien,
que nos enseña este suceso sobre China (1)? Y que nos cuenta, a su vez, sobre la visión del mundo sobre China y, más
concretamente, sobre la visión de los expatriados en China (2)? Y cuales pueden
ser las consecuencias (3)?
1) En primer lugar, la capacidad para controlar la información, aun en esta era de internet, sobre todo de puertas a dentro. El hecho de que las noticias más detalladas lleguen desde fuera (independientemente de la dificultad de navegar por el noticiero local para un extranjero), incluyendo a muchos de mis compañeros chinos, que no han sido prácticamente conscientes de la posible toxicidad de los materiales, da una idea clara de lo que la gente de a pie (sin VPN) puede ver. Un video, unas fotografías, unas declaraciones, pueden aparecer en internet, pero una vez se limpia y se armoniza, aunque queden restos indeseados, es difícil separar el polvo de la paja, los rumores y los bulos de la realidad. Solo queda la armonía.
No hay segundo lugar: Que hay corrupción, falta de aplicación rigurosa
de las normativas de seguridad? Por supuesto, pero ni es noticia, ni creo que
en muchas otras partes del mundo se haga mejor.
2) Que hay mucha inquina. Navegando
por los foros y los comentarios de internet, tras el necesario filtro de los
troles universales, y de los Wu Mao, uno se da cuenta de que se le achacan
cosas al gobierno (falta de claridad sobre el número de víctimas y los
materiales almacenados, los riesgos, las reacciones tardías y las ruedas de
prensa lamentables) que son el pan nuestro de cada día ante cualquier desastre,
y echando la vista atrás un lugar común en las gestiones de los mismos (los
trenes de Atocha, Fukushima…). Si bien es cierto que la escala de dicha ineptitud, dicho escurrir
el bulto, barrer debajo de la alfombra, es un grado mayor. Sigue existiendo una
tendencia demasiado elevada a la condescendencia y al “pobres chinitos no se
enteran de nada” – y sí, yo también lo hago, ref. punto 1- y muy poca autorreflexión.
3) Ninguna. El agua y el aire ya
son suficiente puta mierda como para que cualquier porquería que salga del
agujero de la explosión se diluya. A no ser que salga Godzilla, el 3 deSeptiembre. Que grande seria eso.
Quizás el objetivo de toda esta polución era precisamente mitigar este
tipo de eventos. Eso sí que es un plan quinquenal!
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*Sesgado
y desinformado
**Otro
punto a favor, no contemplo, a día de hoy, llegar a concejal de cultura en este
país.
Autor: El Col-chino.
Autor: El Col-chino.
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